Nuestra pequeña y movida historia:
Adoptamos a V con tres semanas, queríamos un cachorro y nadie nos había explicado nada de cómo cuidarlo, ni de que es mejor que los primeros meses los pase con su madre. Así como una pareja de novatos, la cogimos una tarde. Compartíamos piso, y de ese día a día de hoy, han pasado un año y 8 meses, cuatro casas, y 11 compañeros de piso.
V empezó a ladrar, cada vez que quería algo, ladraba. Vivía estresada, no sabía estar sin jugar o sin correr por la casa, nos perseguía a todos lados, y cada compañero de piso hacía sus normas.
Probamos dos adiestradoras antes de Sonia, y un día en mi trabajo comentándolo, me la recomendaron. Enseguida la llamé, diciéndole: necesito que vengas todos los días seguidos y que vayamos a comprar el pan ya verás que no está quieta nunca y no puedo más!
Y me contestó que si yo quería, vendría los días que yo pidiera, pero que ella vendría a ver a V y nos daría unas pautas para vernos la semana siguiente. Me pareció raro, pero la primera sesión V estuvo la hora entera ladrando y corriendo, y a día de hoy, esta tumbadita o pidiendo juego, pero con un cambio brutal.
Hubo un momento que, del principio a la mitad, fue mucho estrés y no funcionaba nada, pero nos dimos cuenta de que no funcionaba porque no todos los de la casa lo hacían. Ahora vivimos mi pareja y yo con V, hemos hecho las pautas perfectas, y en dos días ha habido una diferencia enorme.
Y no penséis que es mucho tiempo, lo nuestro han sido 5 sesiones espaciadas, por todos los problemillas que han surgido de por medio, cambios de compañeros de piso, cambios de casa…
Recomiendo a Sonia a toda persona que tenga animalillo, porque gracias a ella entiendes perfectamente el comportamiento y pensamiento de TU perrete. Somos expertos en V, como mi madre lo es de mí.
Gracias Sonia, has hecho que lo entendamos todo, y que queramos infinitamente más a todos los perretes del mundo mundial.