ANSIEDAD POR SEPARACION

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La ansiedad por separación es un problema muy habitual en nuestros perros, caracterizado por la angustia que siente el perro al alejarse de su figura de apego, normalmente uno de los dueños, y se hace evidente cuando al regresar a casa se observan destrozos o evacuaciones inapropiadas.

En animales sociales como los perros las conductas de apego son naturales, e incluso necesarias, ya que permiten cohesión entre los miembros de la manada y favorece la supervivencia. El problema aparece cuando este apego es excesivo, lo que crea una obsesión por estar cerca del dueño, y ansiedad y miedos al estar alejado del mismo.


No se conocen causas exactas que originen este comportamiento, aunque factores hereditarios (ejemplares más afectuosos y dependientes) y una inadecuada separación de la madre podrían ser algunos desencadenantes. Se sabe que las madres realizan un “desapego primario” en sus cachorros entre la sexta y la octava semana, forzando a la camada a estar solos cada vez más tiempo para que sean independientes. Si la adopción del cachorro se encuentra entre estas semanas podría ser una de las causas de ansiedad por separación, aunque también se ha observado este problema en perros maltratados y abandonados, así como en perros que sufren un cambio de rutina, como cambio de domicilio.


Los síntomas de este trastorno son varios: El más evidente es la realización de evacuaciones inadecuadas, micciones y defecaciones dentro de casa en ausencia del propietario. Los destrozos también son un signo claro, vocalizaciones excesivas (llantos o ladridos durante la ausencia del propietario). Si prestamos atención, los perros con este trastorno ya presentan ansiedad antes de que el amo abandone el domicilio y alegría exagerada al regresar al mismo, así como demanda continua de afecto y atención mientras están con el dueño.

 En cuanto a la terapia a realizar, tratándose de un trastorno, siempre debe ser en manos de un profesional que establezca unas pautas a seguir. Pero debemos tener claro que en ningún caso se debe castigar al perro, ya que no realiza este mal comportamiento a propósito, no es malo ni vengativo, sino que es víctima de un trastorno obsesivo y el castigo no hará más que reforzar la ansiedad del perro.

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