ESTRES

\"ESTRES\"

 

 

Es curioso como en nuestra sociedad un mal tan extendido como es el estrés afecte a personas y también a perros. Si, a perros, ellos no madrugan para ir a trabajar, ni corren porque pierden un tren… pero también lo sufren y les acarrea numerosos problemas.
El estrés es una respuesta no específica ante una exigencia a la que se ve sometido un ser vivo, entendiendo por exigencia cualquier acción generada por motivaciones internas frente a un estimulo externo. Existen dos tipos de estrés: el estrés agudo y el estrés crónico. El estrés agudo es una respuesta necesaria y sana de afrontar un estímulo, en la que de manera puntual se activan una serie de mecanismos por parte del sistema nervioso y endocrino. Esto puede incluso en ocasiones salvar la vida del animal, por ejemplo un animal que es perseguido por un depredador, y necesita correr como nunca antes había corrido. Las situaciones de estrés agudo requieren del consumo de gran energía por parte del animal, y tras dichas situaciones debe haber un periodo de calma adecuado para que el animal se recupere.

El problema viene cuando el animal sin llegar a recuperarse de la primera situación de estrés, se enfrenta a una segunda, y sin haberse recuperado de esta segunda a una tercera…el estrés se convierte en crónico. El animal vive en un estado casi permanente de alerta, y tiene una producción de cortisol y adrenalina superior a los valores normales lo que produce efectos secundarios que repercuten en la salud del animal. Normalmente en estos casos el umbral de agresividad y miedo disminuyen, por lo que estas reacciones se desencadenarán con mas facilidad frente a estímulos cada vez menores, los perros se vuelven mas reactivos por todo lo que pasa a su alrededor y se sobreexcitan en situaciones que antes no les alteraban. El coste energético para mantener este estado de emergencia es tan alto que es necesario utilizar recursos destinados a otras funciones orgánicas, como son el crecimiento y el correcto funcionamiento del sistema inmunológico. Se ve afectada la capacidad de aprendizaje y la memoria, así como la respuesta al dolor y los periodos de vigilia, que son cada vez mayores.


Existen numerosos motivos que generan estrés, como son: ejercicio físico excesivo, miedo, dolor, angustia, hacinamiento, majeno inadecuado, inmovilización. Para solucionar un problema de estrés crónico es fundamental una buena alimentación y acudir a un profesional que realice terapia, con tiempo y paciencia se obtendrán excelentes resultados.

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