
Hola, soy M. Cinta y éste es mi perro Rufus, que tenía problemas de relación con otros perros, ya que siempre se peleaba y entraba en batallas campales en plena calle, convirtiendo los paseos en verdaderos problemas sociales en el vecindario. Gracias a Sonia y, sin aplicar ningún castigo, pero, eso sí, con mucha paciencia, la actitud de Rufus fue cambiando, poco a poco fue ganando amigos hasta el punto que no sólo se ha hecho una pandillita en el barrio, sino que saluda amigablemente a los perros en tránsito y se ha granjeado fama de sociable.
Aparte de este \»milagro\», Sonia también le enseñó los trucos de los saludos, a sentarse, acostarse, esperar, venir, etc. Todo esto teniendo que cuando Rufus vino a mi casa ya tenía cinco años. Por tanto es falso aquello que dice que \»perro viejo no aprende gracias nuevas\».