
Si has llegado hasta aquí, seguramente quieres entender mejor a tu perro, educarlo con cabeza y, sobre todo, quitar de una vez el famoso “Mi perro es muy bueno pero…”.
Porque sí: tu perro es muy bueno y punto. Solo necesita que le ayudes con esos pequeños (o no tan pequeños) problemitas de comportamiento que pueden aparecer.
En el episodio de hoy del podcast —que te dejo incrustado más abajo para que lo escuches entero, porque ahí es donde realmente me enciendo— hablamos de un tema que veo todos los días: la costumbre de engañar a los perros.
Y sí, me enfado. Porque para ellos es importante. Mucho.
El error que cometen muchos humanos sin darse cuenta
Lo escucho constantemente:
“Es que si lo llamo tengo que decirle toma, porque si no, no viene.”
“Para ponerle el arnés tengo que engañarlo con un premio, si no es imposible.”
Y aquí pasa algo importante:
Si necesitas engañar a tu perro para conseguir algo, es que hay un problema real que no se está trabajando.
Ese “toma” sin premio, ese “ven” que luego no se cumple, ese arnés que solo se pone si lo distraes…
Todo eso va minando la confianza. Y créeme, la confianza con tu perro es oro puro.
¿No viene cuando le llamas? No es que sea cabezota
El problema no es que “no te hace caso”.
El problema es que no lo has entrenado de forma adecuada para venir en cualquier situación.
No sirve practicar la llamada en el salón y luego pretender que funcione en el parque con cinco perros jugando.
Primero se entrena atado, con correas largas, sin distracciones, luego con pocas, luego con más… paso a paso. Así sí.
Engañarlo con un “toma” vacío solo consigue una cosa: que deje de creer en lo que dices.
¿Hay que ponerle el arnés y tienes que engañarlo? Aquí hay un aviso importante
Cuando tienes que montar una escena de teatro para poner un simple arnés, el perro te está diciendo algo clarísimo:
hay un problema con el arnés o con la calle.
Y no, la solución nunca es perseguirlo por casa, sujetarlo entre dos o dejarle el arnés puesto todo el día “porque si no, no hay manera”.
Eso genera más miedo, más rechazo y más problemas.
A veces, trabajando la calle, el miedo baja y… ¡magia! El arnés deja de ser un drama.
No es casualidad. Es comportamiento.
Engañar rompe el vínculo (aunque no lo notes al principio)
Los perros no mienten.
Son puros, son transparentes, y confían en ti por defecto.
Por eso cuando dices “toma” y no hay premio, o abres la nevera y les das una pastilla cuando esperaban otra cosa… esa carita de decepción tiene consecuencias.
Ellos pueden no llevarlo a lo personal, pero la relación sí se resiente.
No bases la convivencia en trucos. No hace falta.
Y, por favor: no finjas emociones
Otra forma de engaño, más invisible pero muy común:
Fingir que estás enfadado para “educar”.
Fingir miedo.
Fingir dolor para que el cachorro deje de morder.
No funciona.
Los perros huelen las emociones. Literalmente.
Si estás enfadado de verdad, lo sentirán. Si estás triste, lo notarán. Si lloras, vienen. Y si finges… lo saben.
La relación con tu perro tiene que estar construida sobre la sinceridad emocional, no sobre teatro.
Si hay un problema, se trabaja. Y cuanto antes, mejor
Esto lo digo siempre:
Los problemas de comportamiento no se quedan quietos, van a más.
He tenido casos de perros que llevan cinco años con ansiedad por separación, y la gente pretende solucionarlo en una semana porque “nos acabamos de mudar”.
No va así.
Si algo te cuesta, si algo te molesta, si algo te preocupa, ahí es donde tienes que actuar.
Y cuanto antes, mejor.
Escucha el episodio (de verdad que me enciendo)
Todo esto te lo cuento mucho mejor, con ejemplos reales y con mi tono habitual, en el episodio del podcast.
Te lo dejo aquí abajo para que lo escuches mientras paseas, recoges la casa o tomas un café tranquilito.
👉 Dale al play, que este episodio puede cambiar mucho tu forma de ver a tu perro.
Antes de irte: formaciones que te van a ayudar muchísimo
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Todo está abajo, fácil y accesible.
Comparte este artículo si conoces a alguien que “engaña” a su perro
No por maldad: por desconocimiento.
Y justo por eso este contenido le va a venir genial.
Entre todos, perretería, vamos cambiando el mundo perruno.
Gracias por estar aquí.
Nos escuchamos en el próximo episodio.