¿Ignorar al perro funciona? El error más común en educación canina
Muchos dueños han escuchado alguna vez frases como: “Si tu perro ladra, ignóralo y ya está”. Pero… ¿realmente funciona ignorar al perro?
La respuesta es clara: no. Ignorar no es lo mismo que aplicar una estrategia educativa bien planteada, y confundirlo puede empeorar el problema.
En este artículo vamos a desmontar el mito de “ignorar al perro” y a explicar por qué siempre, aunque parezca que no hacemos nada, estamos comunicándonos con él.
Ignorar vs. castigo negativo: no es lo mismo
Cuando un perro ladra para pedir atención, muchos creen que con girar la cara o darle la espalda ya lo están ignorando.
En realidad, ahí no lo estás ignorando:
Al retirar tu atención, estás aplicando un castigo negativo (quitar algo valioso para el perro: tu atención).
Si además añades señales de calma (mirar hacia otro lado, girar el cuerpo), estás comunicando de forma clara: “Ladrando no vas a conseguir lo que quieres”.
Eso no es ignorar. Es aplicar una estrategia basada en comunicación canina y en condicionamiento.
👉 Ignorar de verdad sería seguir viendo la tele o comiendo como si nada, sin hacer ningún gesto. Y eso casi nunca es lo que realmente hacemos.
Por qué ignorar al perro no funciona
Nunca estamos realmente ignorando. Incluso cuando parece que no hacemos nada, el perro percibe señales sutiles: un gesto, un movimiento, un cambio de postura.
Cada ladrido es distinto. No se trabaja igual un ladrido por miedo, que uno por estrés, por excitación o por demanda de atención.
El refuerzo equivocado mantiene la conducta. Si regañas al perro cuando ladra, lo que ocurre es que le das atención. Y eso refuerza el ladrido, aunque tu intención sea lo contrario.
El resultado: llevas años diciendo “¡Calla!” y tu perro sigue ladrando.
Qué hacer cuando tu perro ladra
Identifica el tipo de ladrido
¿Es miedo, estrés, dolor, demanda de atención? Cada caso necesita un abordaje distinto.
Retira la atención de forma correcta
Si es un ladrido por demanda de atención, gira la cara o el cuerpo y no refuerces la conducta.
Esto es un castigo negativo, no ignorar.
Refuerza lo que sí quieres
Premia el silencio, el juego con juguetes o una manera adecuada de pedir atención.
El refuerzo positivo no siempre es comida: también puede ser juego, caricias o libertad, según el perro.
Evita pautas simplistas
“Premia lo bueno, ignora lo malo” no funciona. Cada conducta tiene un origen y un motivo.
¿Y qué pasa con las salchichas?
Muchos críticos del adiestramiento amable dicen: “Los educadores solo dan salchichas”.
Pero el refuerzo positivo no significa únicamente dar comida. Se trata de elegir el refuerzo que mejor funciona para cada perro.
La comida suele ser práctica porque motiva a casi todos los perros y acelera los resultados.
Pero también se usan juguetes, caricias, juegos de olfato…
Lo importante no es la salchicha, sino usar la motivación adecuada para modificar la conducta.
Conclusión: nunca estamos ignorando al perro
Si alguien te dice que ignores a tu perro, desconfía. En educación canina nunca estamos ignorando de verdad: siempre estamos comunicando, reforzando o debilitando conductas.
La clave está en:
Saber por qué ladra tu perro.
Elegir la estrategia adecuada.
Aplicar refuerzos de manera consciente.
🔑 Una pauta puede parecer muy simple (“gira la cara si ladra”), pero detrás hay años de estudio en comunicación canina, etología y aprendizaje.
👉 Recuerda: no se trata de ignorar, sino de educar de forma amable, coherente y basada en ciencia.